Cien Horas Interminables de Carnaval
Oh carne banal, fantasía de sueños; licor que embriaga el alma, jolgorio, farsas, cuerpos insatisfechos exhibiendo la diversidad fantástica de las personas con mil máscaras.
La sangre reverbera; el deseo roe los bordes de la lujuria pecaminosa, es el hombre y la mujer
martillando sobre el despertar del deseo
y el desenfreno.
Es el Astro Sol quemando el rostro y la piel en un río de gotas convertidas en cadenas de sensualidad.
Calle arriba y
calle abajo, murgas, tamborito, jolgorio, reinas, princesas y carrozas.
Es el momento de
amar, gozar y desnaturalizarse de todos los tiempos, fragmentado en cien
interminables horas de carnaval.