TE HE DADO MI ALMA Y CON ELLA MI VIDA ENTERA
A mi Esposa Edilma.
Hubo una ocasión en mi vida, en que a temprana edad renuncie al amor hasta que apareciste tú, y con tu hermosa, tierna, virgen e inmaculada imagen me volví a ilusionar. Hoy me siento plenamente feliz de ser tu compañero porque en el transcurrir de estos 32 años de convivencia he comprobado que eres mi complemento ideal. Contigo aprendí a valorar la vida, a quererte, amarte, honrar a la familia, y cada vez que pienso en nuestro futuro, las más bellas ilusiones se dibujan en mi corazón, eres la musa de mi inspiración y serás mi amor eterno, como dice la canción.
A mi mediana edad, he sido testigo fiel de que; Amar y
sufrir, es a la larga, la única forma de
vivir con plenitud y dignidad, por eso, este capítulo de mi vida es
dedicado a mi bella esposa porque me ha
demostrado que nos unió un sentimiento por el que valió la pena luchar, por el
que vale la pena vivir y continuar sin temores hacia adelante.
Fuiste mi amiga, novia, esposa y amante y siempre
serás mi compañera; la que me entregó su
amor sin condiciones, un profundo y sublime recorrido de sentimientos que no
terminará jamás y que nos dejó como obsequio de Dios; a nuestra maravillosa hija Waleska y a mi
adorado hijo Eliécer Isaac.
En mi vida, fuiste la mujer que se envistió con todas
las propiedades telúricas, la que depara los mismos gozos que los frutos
terrestres, el mismo dinamismo que sufre todas las mutaciones del mundo natural,
fuiste asfalto, fuga y quiebra del oleaje,
el sol te circunda y alternativamente te hace pasar de la luz a mi Universo.
Tu cuerpo, pleno de colinas y bahías, como la geología;
tus ojos contienen el océano y tu sonrisa es de agua y de humedades nocturnas
en donde mis raíces se ramifican invasoras. Posees la fuerza de la espiga, la
vastedad de las palmeras, cuerpo de erizo, brazos de enredadera, manos suaves
como las uvas, boca de ciruela, regazo de flor, eres amapola, Jacinto, rosa
perfume…
Tú epidermis se vuelve lácteo, pisciforme, te conviertes en
caracola, en mariposa, en abeja, en livelula.
Edilma, hoy es una fecha con lluvia de tu tiempo y la
tinta te descubre más haya de tu ternura, gracias por convertirte en lo más
arraigado, lo más sentido, amado y querido por mí, recibe amada mía, mis
siempre minuciosos, tiernos y profundos
besos en el día de tu Onomástico.
Estoy
convencido que, una mujer como tú, es un
regalo que me concedió Dios, con tus
actos me hiciste comprender que
jamás habrá alguien tan especial , por
eso te he dado mi alma y con ella mi vida entera porque no deseo otra cosa que envejecer a tu lado amparado en los brazos del
señor Jesús.
Tú lograste que mi hogar fuera tan grande como un
Campo sin cielo y estoy seguro que cuando pasemos a otra vida, aún serás mía,
todo esto que ahora vemos no es sino la infancia de la eternidad y si he de volver a nacer, te elegiría
cien veces más como mi esposa.