miércoles, 3 de octubre de 2018

DIOS ESTA EN EL LA LLUVIA Y EN EL VIENTRE DE MI AMADA HIJA



 DIOS  ESTA EN EL LA LLUVIA Y EN EL VIENTRE DE MI AMADA HIJA

Bienvenida Amanda

                                                        Por: Eliécer Vásquez Q


Para muchas personas, encontrarnos con una mujer embarazada suele ser algo normal, pocos nos detenemos a pensar y a meditar  que atravesar por dicho estado debe ser a todas luces algo divino, maravilloso, incomparable, saber que dentro del vientre de una persona está creciendo una pequeña humanidad debe ser algo  verdaderamente sorprendente.

Si bien es cierto que la decisión de ser madre  cambia la vida de toda mujer, al mismo tiempo del alumbramiento, surge una mujer llena de esperanzas e  ilusiones, gracias a esa extraordinaria experiencia  de concebir un nuevo Ser que llenará su vida. Definitivamente, mantener un bebé durante 9 meses en el vientre y luego traerlo al mundo, tiene que ser la hazaña más impresionante de la vida,  el   acontecimiento más  milagroso que pueda existir en el mundo.

 De hecho,  para mi amada hija Wally sentir como se mueve y juguetea ese tierno angelito en esa prodigiosa y bendita esfera, representa el orgullo de decir  que se convertirá en la madre más feliz del planeta.


Para nosotros, los padres de Waleska, la llegada de “Amanda”. también es motivo de  felicidad, alegría y emociones sin par y concebimos la belleza de nuestra hija, más allá de la belleza física sobre todo cuando percibimos  en toda su majestuosa divinidad que; el Ser Supremo está en la lluvia y en el vientre de nuestra amada hija.

Una diminuta humanidad que se entreteje y palpita  en su divino vientre,
convertido en puente, en donde se desplaza su corazón enamorado; allí llueve la alegría, allí se conjuga el poema eterno del amor maternal, allí se manifiestan ya los abrazos perfectos, las ternuras infinitas  y  los cálidos besos,  una nueva y sagrada bendición  que se cuelga  sobre tu alma como obsequio sagrado de Dios; fuerza motriz, fresca y radiante sobre el azul del cielo.

A veces lo vemos  tan propio de la esencia misma del embarazo, de la esencia misma del Universo,  que nos resulta tan natural el trabajo que  Dios eligió para ella, como quiera que sea, en cada uno de nuestros encuentros con mi “Mamirringa”, nos tomamos un tiempo para mirarla, deleitarnos con el brillo en sus ojos, sus pómulos sonrojados, observamos detenidamente como se va magnificando su  amor maternal, su pureza y dulzura sin igual. me acerco lentamente para percibir su nuevo  aliento de vida, y logro escuchar el latir de su pequeño corazón, de pronto, siento que dos tiernas y hermosas mariposas se posan sobre mi alma y principalmente sobre mi  enorme y orgulloso corazón de padre y abuelo enamorado.

Si mañana fuera el ocaso de mi existencia, estoy convencido que me iría  a descansar tranquilo porque me has hecho un padre feliz y el Ser Supremo te ha bendecido con un esposo noble, bueno, digno de ti y que serán plenamente dichosos.

DIOS LOS BENDIGA  HOY, MAÑANA Y SIEMPRE.


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