jueves, 11 de enero de 2018

MUERTE CÏVICA A LOS CORRUPTOS



                                    MUERTE CÍVICA A LOS CORRUPTOS
(Loor a los mártires del 9 de enero)
Por: Eliécer Vásquez Quezada.

Paralelo a la gesta heroica del 9 de enero de 1964,  donde como pueblo digno nos levantamos en una rebelión popular para exigir nuestra auténtica y plena soberanía, decenas de miles de panameños se dieron cita  (54 años después) en un área determinada de la “cinta costera”  bajo la consigna;  muerte cívica a los corruptos.
Atendiendo el llamado de diferentes agrupaciones civiles, los que se apersonaron a dicha manifestación con pancartas, carteles, pitos  y gritos de indignación, exigían la certeza del castigo para todas aquellos funcionarios que se ven envueltos en actos de corrupción.
A vuelo de pájaro podemos colegir, que los que acudieron a la magna concentración lo hicieron porque representaba un evento sincero y sin banderías políticas, en contra de los actos reprochables  de saqueo del erario, amanecerá y veremos. Lo cierto es que durante el encuentro de miles panameños  se aprovechó para hacer “catarsis” para purificar las pasiones del ánimo mediante lo que provoca la contemplación de una situación trágica e imperdonable  como la corrupción.
Se le emplazaba al Ministerio Público dar a conocer de una vez por todas la lista de los funcionarios, exfuncionarios, políticos y empresarios que han sido mencionados en estos escándalos y que a la fecha no se han visto resultados concretos, en fin, su inacción frente la corrupción que se ha viralizado en nuestro País.
 Muerte cívica a los corruptos, Se trata de excluir de manera permanente a todos los implicados, que sus empresas no puedan licitar con el Estado, que los funcionarios que robaron y fueron condenados, no puedan ejercer cargos públicos.
Estamos hastiados  de  la corrupción, estamos cansados de que los políticos realicen cualquier tipo de artilugios para conservar sus privilegios, robarle  impune y descaradamente al país sin importarle la miseria por la que pasa nuestro pueblo, la delincuencia de “saco” y “corbata” en su estado más puro en Panamá, se ha convertido en un insulto para  nuestros mártires y para las personas que hemos luchado y amamos esta tierra Istmeña.
 Nuestro pueblo, esta despertando ya basta de los políticos corruptos, hemos dicho “basta y echado a andar”, seamos ciudadanos comprometidos con los cambios y ocupemos con responsabilidad y conciencia el importante rol que nos corresponde.
En el marco de la histórica gesta de soberanía que se vivieron en los aciagos  días de enero de 1964, en donde 22 panameños perdieron la vida por sus propósitos de  reafirmación de la identidad nacional y en donde se registró un total de  500 heridos, queremos aplaudir y destacar en este escrito: ese clamor  y gritos de impotencia de los ciudadanos comunes que se dieron cita en la “cinta costera” el grado de valentía para decir basta ya,  denunciar uno de los grandes males que han azotado a el País y nuestro deseo de tener un patria en que nuestros hijos puedan expresar con orgullo: “soy panameño”.